Irene, Estela, Antía y Selma |
Esta crónica es un poquito más especial para mí por varios
motivos: primero porque viajar en “petit comité” es muy raro en nuestra tribu
monkayista (viajamos solo 6); segundo, porque viajábamos a mi tierra adoptiva
(para los que no lo sepáis Antía es mitad gallega, mitad maña) y tercero, porque
dormíamos en casa de mi suegra que no veía a su nieta desde Semana Santa.
Como muchas otras veces, nos pegamos el madrugón, nos esperaban
algo más de 860 km y queríamos estar en Pontevedra sobre las 17h. Tuvimos un
viaje muy tranquilo, en la furgo parecía que íbamos solos Arturo y yo. Selma
iba trabajando y las chicas, Estela, Irene y Antía a ratos dormidas,
estudiando o móvil en mano ¡qué raro verdad!...Jijiji.
Nos recibió la lluvia cuando llegamos al río Lérez, así que
la visita fue corta. Recogimos dorsales, Selma les explicó el circuito y pusimos rumbo a casa de la abuela Lola, ¡nos esperaban unas ricas
empanadas para cenar!.
Por cierto, el lugar muy chulo, una zona del río con varios puentes y parque a los lados para poder pasear.
Al llegar a la aldea nos esperaban nuestro perro Labor y
nuestra gata Life que hizo muy buenas migas con Irene. Después de una noche de sueño reparador y un
buen desayuno, pusimos rumbo de nuevo a Pontevedra.
Irene y Antía se iban a estrenar en el Maratón, y como la
unión hace la fuerza hacían un k2. Estela y Selma llevan unos cuantos a sus
espaldas y para Arturo y para mí… ¡novedad total!. Era la primera vez que íbamos
a vivir un maratón. Recibimos las explicaciones pertinentes sobre el maratón
por parte de Selma, (recorrido, porteos, cambio de “chupas”) pero no es lo
mismo verlo que contarlo... ¡¡impactante!!.
El equipo preparando los "chupas" |
Durante la mañana estuvieron preparando los “chupas” (las
bolsas de agua que se cuelgan al cuello durante los porteos). Irene y Antía
aprendieron a hacer los suyos a la vez que Selma y Estela iban haciendo los de
ellas. La mañana se fue volviendo desapacible, el sol calentaba poco, se levantó
aire y empezó a hacer frío. Tuvimos que desmontar la carpa, pues el aire se la
llevaba, comimos por turnos y a primera hora de la tarde salía Selma. Para ella
también este maratón fue especial. Como bien nos relataba por instagram fue la
primera vez en 30 años que se retiraba de una competición. Su cuerpo no estaba
bien y de manera sabia optó por retirarse antes que sufrir una lesión.
A media tarde turno de Estela e inmediatamente después Irene
y Antía.
Irene y Antía en K2 |
Cuando vimos que las chicas se retiraban también porque
Irene tuvo una lesión, pensé: "¡vaya faena!", "¡no es nuestro fin de semana!"...pero el deporte es así.
Estela en porteo |
Estela medalla de bronce |
Ya de vuelta, la abuela Lola nos tenía preparada una sopica
calentica que nos sentó de maravilla ya que volvíamos destemplados.
El domingo vuelta a casa, a media tarde llegamos al club
con unos 2000 km a las espaldas y
planeando ya la próxima salida.
Experiencia de aprendizaje, abandonos, esfuerzos, recompensas, compartir con la familia… Espero que hayáis
estado a gusto en nuestra casa y …¡¡¡¡hasta la próxima!!!.
Autora: Ana Cris Gómez
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