El primer sábado de febrero, después
de muchas dudas por el mal tiempo, decidimos realizar la primera
salida senderista del 2019. El lugar elegido fue las Hoces del Río
Piedra , una visita guiada a la laguna de Gallocanta y el
espectáculo de la llegada de las grullas al atardecer.
La salida fue a las ocho de la mañana
, desde nuestro habitual punto de reunión, el azud. Allí estábamos
ocho valientes (como la hora) que nos arriesgamos aún con el
malísimo tiempo que daban.
El camino por la carretera nos hizo
dudar de la elección tomada, nos marcaba – 3ºC y nevaba en
algunos momentos con bastante fuerza...pero continuamos y llegamos a
nuestro comienzo de aventura.
Partiendo de Torralba de los Frailes,
tomamos una pista hasta llegar al comienzo de la ruta circular de 6
Km, por el cañon de las Hoces del Rio de Piedra. Allí bajamos de
los coches y nos abrigamos con todo, pero todo de lo que contábamos.
La ruta era circular, señalizada con
marcas verdes y blancas, el cielo en algunos momentos se abría y nos
dejaba disfrutar del sol, en otros caían lentamente unos copos de
nieve que se aliaban con no mojarnos con lo que aún nos gustaba más
el paseo.
El precioso lugar comenzaba con un
sendero lleno de plantas aromáticas como tomillo y romero que se
mezclaban con los bosques de carrasca y enebro. Serpenteando entre
ellos llegamos al Mirador de Reconquillo, con una magnífica vista de
todo el cañón, lleno de arbolado y agua.
Continuamos bajando para llegar al
cauce del Rio Piedra, chopos, fresnos y arces nos acompañaban
desnudos de sus hojas. Unos cortados verticales poblados en muchos
lugares de vegetación (que aún siendo invierno) verdeaban sus
paredes con madreselvas, se mezclan con tonos grises y naranjas
rojizos de éstas . Desde aquí, hemos podido ver varios buitres
apoyados en lo alto de los riscos vigilando la naturaleza.
Finalizamos la fantástica ruta para, en
el abrigo del refugio, comer y charlar animadamente. Continuamos hasta el Centro de
Interpretación de la Reserva Natural de la Laguna de Gallocanta
donde una guía medio ambiental nos informa de muchos datos
desconocidos de ésta. Rodeamos la laguna salada parando en distintos
observatorios, dónde con catalejo y prismáticos, vamos disfrutando de
esta Reserva Natural.
Alrededor de las 18,30h, regresan bandos
de grullas, de forma escalonada a la laguna, donde pasarán la noche
para descansar. El espectáculo, porque es eso, un espectáculo, nos
deja casi sin palabras, disfrutar de la entrada de las aves en un
precioso atardecer nos hacer afirmarnos en lo bien que hemos hecho de
no quedarnos en Zaragoza. Los chicos unos campeones, no se han
quejado ni una sola vez. Regresamos, creo que todos, con gran
satisfacción por esta aventura.
“ El riesgo de una decisión
incorrecta es preferible al error de la indecisión” (Maimonides).
Autora: Olga Latorre
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